lunes, 6 de diciembre de 2021

Fragmentos del seminario sobre el duelo 3°


Esta vez trabajamos el Barroco del siglo XVII y su relación con el vacío y la verdad. Es un tema que toma mucho Lacan para pensar el vacío y lo que se hace para manifestarlo. Si bien en el teatro barroco de lo que se trata es de mostrar la tragedia humana en la Tierra, sosteniendo que hay otro espacio posible en el cual operaría la salvación, es el punto inicial para mostrar el vacío de la existencia. 

    Un filósofo del arte muy importante del siglo XX, Walter Benjamin, trabajó  lo que se denomina Trauerspiel,  el teatro barroco alemán. Trauer significa ‘tristeza’, luto, duelo’, y Spiel es ‘escena teatral, juego’; de algún modo, sería como subir el luto a escena. Lo que Benjamin transmite es que para saber la verdad de la tragedia humana hay que dejarla hablar. Es algo a lo que hay que encontrarle la lógica, la ley de su forma, y esa lógica se encuentra cuando uno la manifiesta, cuando uno la dice; o sea que en el decir se encuentra la lógica de la verdad. 

          Lacan plantea que la verdad es la dit-maison, la mansión del dicho. Cuando uno habla en el análisis, se encuentra con su verdad, eso es la dit-maison; entonces a partir de la caída del significado, a través de un fallido, a través de un señalamiento del analista,  se ve el sinsentido de lo que está haciendo, diciendo, o la escena que está montando, ahí aparece el vacío en el que se puede decir. 

    Es muy interesante cómo lo plantea él: plantea el Trauerspiel como una idea, y que las ideas, para que se sepa cuál es su verdad, hay que decirlas, manifestarlas. En ese sentido, el Trauerspiel es una manera de decir la tragedia humana…


…Hay una diferencia entre la tragedia griega, que se refiere a los mitos, y la tragedia del barroco. (La tragedia barroca no es solo alemana, ese movimiento del teatro se desarrolló mucho en España, por ejemplo Calderón de la Barca, solo que los españoles le agregaban un poquito más de comicidad, no era tan trágico como el teatro alemán). 

Respecto a lo que decíamos de la tragedia humana,  para la tragedia de la existencia humana que se manifestaba a través de la escena en el teatro del alto barroco, la alegoría es la forma de expresión. Recuerden la idea de la alegoría, la vamos a trabajar respecto a las construcciones en el análisis de un melancólico. 

En el caso de la tragedia barroca, no se trata solo de pérdida, sino que el luto indica consciencia de la pérdida. Eso es importante porque el sentimiento de luto, o la disposición anímica, como plantean algunos, del luto ya implica un trabajo sobre la pérdida. Esto también nos vuelve a lo ya visto: en el duelo, el luto es la consciencia del vacío del mundo, pero en la melancolía no está eso. Incluso a veces el melancólico es obsceno con su dolor, no es que guarda luto. Mantengamos el duelo como operación y el luto como la manifestación anímica, por ejemplo no ir a fiestas, no escuchar radio fuerte, no ponerse colores fuertes, el satisfacerse con ese vacío como parte del duelo. Mientras que el melancólico, al no poder desprenderse del objeto y, como dice Freud, al caer la sombra del objeto sobre el yo, ese luto no existe. (No es que está de luto, está vacío). Incluso los autorreproches, etc., hablan de ese vacío.

Ahí, en vez de diferenciar al psicoanalista del psiquiatra, voy a diferenciar al psicoanalista del filósofo. Todo esto que estamos diciendo lo trabajó un filósofo del arte, que se interesa por la verdad de la tragedia humana y busca cómo expresarla, como el dramaturgo, que busca expresarla a través del teatro, por ejemplo. El analista también se interesa por la tragedia humana y por cómo se expresa, pero busca incidir sobre esa falla que hay en el nudo, a partir de su capacidad de incidencia: la transferencia, que le da ese lugar en la estructura que le permite el acto analítico… 

 

         …Lo que les decía del Barroco no solo está ligado al lugar que tiene para Lacan, sino en general para el pensamiento, en cuanto a que, de algún modo, el Barroco es una especie de estética del vacío; así como diferenciamos la estética que proporcionaba la geometría euclidiana y la topología o geometría proyectiva, que nos permitía pensar de manera diferente muchos conceptos que usamos (como el adentro y el afuera, el corte, los efectos de un corte). Así lo trabajó Lacan …el hombre por ser hablante padece ese vacío, en la medida en que la cosa se pierde como tal y el significado de esa cosa no está unido a la palabra que lo significa, o sea que hay un vacío por el hecho mismo de ser hablante. Lo que hace el ser hablante con ese vacío es una trama…


         …​Tenemos, por un lado, que el humano va tejiendo toda una trama para sostenerse en ese vacío. El melancólico, que también es humano parlante y también inicia tejiendo su trama, en un momento de su devenir algo no continúa por los caminos que sigue cualquier neurótico. Soy consciente de que digo melancólico, que le estoy dando un ser. No se trata solo de que tiene una visión melancólica de la vida: el que se satisface con el vacío en ese momento, nosotros lo podemos ubicar como melancólico. Hay una búsqueda de ser, en el sentido de la unidad del ser, a diferencia del neurótico, que está escindido por el significante y se identifica al rasgo. Ahí podemos decir que el sujeto está melancólico, pero, en ese momento, él es. Es un estado del ser, pero, en ese momento, es: se identifica a ese vacío porque hace uno con esa pérdida original, reproducida por otra pérdida…

 

viernes, 19 de noviembre de 2021

Interrogantes acerca de la pubertad hoy 2° texto


Hola a todes. Continúo esta serie, esta vez con un texto donde intento ir ubicando algunos puntos de anclaje para pensar las nominaciones, ya que no todo es nominable ni toda palabra nomina; siendo la nominación fundamental para hacerse lugar en el discurso. Lo seguiremos en la próxima.


El saber. Como establecimos previamente, el púber busca respuestas: busca un saber que lo oriente frente a las preguntas que le hace el cuerpo y también frente a las nuevas demandas del afuera, escuela, miradas y otras instituciones, dado que la estructura con la que solía responder, la infantil, empieza a resultar insuficiente para lo que se espera de él. Tampoco es menor que, a medida que se empieza a dar este cambio en sus compañeros de edad, si siguiera respondiendo como niñe quedaría desajustado de lo que configura su “colectivo” lo que promueve angustia y formación de síntomas.

A diferencia de los animales para los cuales ese “saber” reside en el instinto, el humano por ser hablante encuentra ese saber en el Otro, es decir, afuera de él. En un primer tiempo el nombre propio (otorgado por el Otro) es suficiente para identificarlo, en la pubertad se le demanda una opción que lo identifique en su género, soy X, lo que a su vez despliega la pregunta por el objeto sexual, el que daría satisfacción (aunque no siempre). Como decíamos en el texto anterior, aunque hombre/mujer solían configurar la opción válida para orientarse, surgían situaciones en las que un sujeto no se identificaba con su sexo anatómico, o sí lo hacía pero su objeto de goce no correspondía al sexo “opuesto”, como la cultura y también la falta (oriento el deseo respecto a lo que me falta) ubicaban como adecuado. Esto era rechazado por la cultura; muchos años de batallas por la inclusión a los derechos de los que no optan por el camino “adecuado” nos conducen a nuestra época. Hombre/mujer, ya son palabras que no representan a todos; pero podemos ver que para ser incluido como sujeto de derecho y no como objeto todavía se requiere un nombre que represente al individuo frente a otros, es decir que le otorgue un lugar y le favorezca los lazos. 

Importancia de la transmisión. Como sabemos, además de nuestro nombre- que haremos propio o no en el transcurso de nuestra vida- los nombres de las cosas del mundo, de nuestras sensaciones, emociones, lo que nos va dando un lugar en la realidad, vienen del Otro. Esto supone una transmisión. Nos preguntamos entonces si existe una función que le dé autoridad a la palabra, que nos garantice un significado, que nos indique que la ley es necesaria y tiene un sentido. Las religiones, que a mi entender representan un mito que da cuenta del origen de la existencia humana y de las leyes que la regulan, proponen a Dios como el que dio nombre a las cosas y a su vez pronunció en sus tablas los diez mandamientos. Cuando el psicoanálisis habla del padre, habla de esa función. Padre es el nombre de una función por la cual se transmite la ley, la ley que viene del Otro. Cuando la ley que ordena la realidad de un sujeto proviene de él mismo, estamos en la psicosis. Es por esto que el término libertad tiene tantas aristas.

Cuando lo que sostiene una crianza humana es la frase: “él/ella sólo/a va a dejar la teta o dejará los pañales, comerá, etc.”, se está eludiendo la responsabilidad social que los padres tienen de incorporar a le niñe en su época, operando la trasmisión de una ética, de una conciencia moral. Esta función instituye el ideal del yo, una instancia del sujeto que sostiene, da soporte a las identificaciones imaginarias, lo que hace las veces de identidad, ya que ésta, para el ser hablante es imposible.

Como sabemos, los mitos nos acercan en su trama, en su relato, lo que nos permite leer sobre los orígenes. Freud tomó el mito del padre de la horda para plantear la secuencia en la que esta función surge en el hombre. El padre primordial es el padre anterior a la prohibición del incesto. Anterior a la aparición de la ley por lo que se le supone un goce absoluto, podía acceder a todas las mujeres. Muerto el padre, asesinado por la fratría e incorporado canibalísticamente, luego de un tiempo en que la fratría se disputaba el goce del que el padre había disfrutado, comienza a imperar la ley como ordenador, que hace posible la convivencia. La ley primordial, sin la cual no habría sociedad posible, es la prohibición del incesto. Es una ley muda, no está dicha pero se transmite por el lenguaje. Luego están los mandatos de la palabra, expresados en los diez mandamientos, que indican lo que no, lo que debe quedar afuera, lo prohibido, origen del deseo.

La función del padre es entonces la de hacer pasar, del goce (absoluto, mortífero) al deseo. Su función es nominante.


domingo, 7 de noviembre de 2021

Fragmentos del seminario sobre el duelo 2º


Que el duelo está destinado a terminar, incluye lo temporal en el duelo, lo cual es un tema fundamental. 

El duelo no es solo una operación mental, sino que está acompañado de sufrimiento, tristeza, depresión, luto, tomando el luto como una disposición anímica de satisfacerse con el vacío que deja el ser querido, o el vacío de la existencia, de la vida, al que nos recuerda el contacto con la muerte. Hay una satisfacción en ese estado, que acompaña al duelo, pero el luto también es temporal y, eventualmente, termina.

Cuando el luto se extiende, como en el caso de la melancolía, podemos ubicar un proceso fallido del duelo. ¿Cuál es la operación que falla? ¿Por qué falla? ¿En qué punto el sujeto no puede terminar el duelo?  

En el proceso del destete, por ejemplo, donde a mi entender hay un duelo, si este no se realiza, hay situaciones ligadas a adicciones…hay un punto, en el cual el individuo quedaría fijado en una etapa oral canibalística, tiempo el que para eludir la pérdida del objeto se identifica a él por incorporación, esto constituye una predisposición a la melancolía…


Luego de trabajar acerca de la diferencia entre lo que hace el psicoanalista con el sufrimiento de alguien que apela a él, respecto a la psiquiatría por ejemplo, nos abocamos a hacer un recorrido por la tragedia y cómo esta era subida a escena por los griegos. Comparto algunos fragmentos:

…Desde esa época está la pregunta por lo trágico, por el sufrimiento, por el sacrificio, por el duelo, y, por supuesto, se busca siempre entender cuál es la causa. ¿Por qué la humanidad pasa por eso? Hay un recorrido muy interesante al respecto en el libro de Marcela (Marcela Martinelli “Las Melancolías”). En el comienzo, la respuesta a esta pregunta por la causa eran los dioses, los magos, las brujas, los diablos. La causa podía ser múltiple, pero era siempre algo inaccesible o fuera de la posibilidad de control humano…

…En ese momento, en la medida en que se percibía el cuerpo dividido del alma, aparece la medicina para hacerse cargo de este sufrimiento en el cuerpo, es decir, a hacerse la pregunta por y encontrar la causa en el cuerpo, esto desde Hipócrates. Está la pregunta, ¿por qué esta tragedia? ¿Por qué esta tristeza? ¿Por qué estos duelos? ¿Por qué esta melancolía? Justamente, la palabra melancolía aparece con Hipócrates, que tenía su teoría de los humores: según la combinación de los humores, era el carácter de la persona. El famoso humor negro, que también se llama bilis negra, es lo que significa la palabra melancolía, melan es ‘negro’ y coli es ‘bilis’, que sería el residuo (la idea de residuo es interesante) que queda cuando uno deja decantar la sangre. Pero los síntomas eran los mismos: tristeza, desinterés por el mundo, etc. …


Un participante comenta su lectura de lo perecedero de Freud donde él  se pregunta por qué el desprendimiento de la libido de sus objetos debe ser necesariamente un proceso tan doloroso:

…es porque la libido está invistiendo un objeto con lo que pasa a formar parte del yo, y, cuando el objeto desaparece, se desgarra el yo. Este efecto es lo doloroso, porque uno pierde una parte del yo. (Tener en cuenta que Freud no está haciendo diferencia entre identificación imaginaria, especular, narcicística y la identificación al rasgo; tampoco cuenta con el objeto a). Es muy interesante la diferencia entre una persona en duelo y un melancólico: en el duelo, realmente el mundo está vacío, se vació porque el objeto libidinizado, desaparece; en cambio, en la melancolía, como la persona no está desprendida del objeto, entonces el vacío está en el yo. Es como se suele decir: en el duelo el mundo está empobrecido, mientras que en la melancolía es el yo el que está empobrecido. 


…Cuando la causa eran los Dioses, teníamos el sacrificio como expiación;  Hipócrates, proponía dietas y otras actividades, que todavía se siguen proponiendo. Una vez localizada la causa, la nueva pregunta es cuál es el instrumento de salida de esa situación. 

Para el psicoanálisis, el lugar de la causa es un agujero, es ahí donde se inscriben los significantes que harán a la historia del sujeto. Partimos de una pérdida en el origen…


…Otra concepción de la época de Hipócrates que se mantiene actualmente y que el psicoanálisis desarma, por decirlo de alguna manera, es la idea de la armonía o equilibrio y la desarmonía o desequilibrio. Crasis  y discrasis (armonía o equilibrio y desarmonía o desequilibrio respectivamente), es interesante que de la segunda viene la palabra desgracia

Este concepto tiene una lógica que implica una operación muy distinta a la del psicoanálisis. Justamente, como no hay posibilidad de armonía,  la lógica es la lógica de la falta, ahí el fantasma es lo que vela esta disarmonía radical. O sea que siempre hay tres, la falta forma parte de la operación. En cambio, cuando uno habla de equilibrio, la operación es (vamos a pensar en una balanza) agregar lo que falta para llegar al equilibrio, y, si es posible agregar lo que falta, no habría falta.


miércoles, 29 de septiembre de 2021

Fragmentos del seminario sobre el duelo 1º


Quiero compartir con ustedes algunos fragmentos del último seminario que estoy dando, y que se acerca a su fin. Es sobre el duelo y la melancolía, y el recorrido que esto nos permite hacer en el psicoanálisis, sobre todo respecto de la constitución del sujeto, sus acontecimientos, su historia.

Es notorio que, cuando el empuje a transmitir persiste, los cauces que va tomando van variando según la época. Probablemente —aún no estoy en momentos conclusivos respecto del tema—, el lugar del maestro, las transferencias al saber y de dónde se lo espera, el análisis de cada uno y la madurez del propio psicoanálisis hagan que los modos de transmisión difieran; la pregunta que se hace Lacan y que Freud practicó es “Lo que el psicoanálisis nos enseña, cómo enseñarlo”, y ese es el cauce para mí. 

Como les decía, en esta oportunidad les compartiré algunos fragmentos de un seminario que estoy realizando junto a un grupo. Las preguntas por el duelo en la constitución del sujeto y por la melancolía surgieron de un seminario anterior sobre la angustia. En el trabajo que vamos realizando van apareciendo nuevas preguntas. Los fragmentos que compartiré forman parte de este segundo momento. 

Es importante recalcar que se trata de fragmentos, con puntos suspensivos antes y después; no tienen carácter conclusivo, forman parte de un desarrollo, pero subrayan hitos en un camino, preguntas y también algunas respuestas, respuestas que intento compartir como modo de establecer un intercambio, una forma de interlocución sostenida en lo que se dice, luego de haber atravesado muchos tiempos de formación.

Un analista que me ha enseñado mucho, aunque él no lo sepa, es Jacques Nassif. En una oportunidad, en una reunión de Convergencia, dijo que no éramos los analistas los que teníamos que defender el psicoanálisis, son los analizantes. O cada uno de nosotros en posición analizante. 

Dicho esto, comenzaré a compartir estos fragmentos esperando alguna interlocución.

Los siguientes forma parte del inicio del seminario. Lo llamo seminario porque el desarrollo va tomando rumbos a veces no previstos, donde los participantes con sus preguntas tienen un papel fundamental.



Primeros fragmentos 

Con respecto a cómo abordar el psicoanálisis y qué significa ese abordaje para mí, y supongo que para todos ustedes, creo que es importante volver a situar algo que me parece imprescindible. La formación en psicoanálisis está apoyada sobre tres pilares fundamentales. Un pilar fundamental es el propio análisis porque es por ahí por donde nosotros, como analizantes, accedemos, pasamos por esa experiencia de ese vacío de sentido, de esa nada de sentido alrededor de la cual gira todo discurso. Ahí tenemos la primera idea del vacío, y eso ocurre, como experiencia, en el análisis; no hay otra manera de poder armar ese concepto.

    Cuando digo concepto, lo digo como lo usa todo el mundo: es una representación mental para hablar sobre algo. Pero como, de algún modo, se podría considerar que un concepto es una unidad de significado —por ejemplo, una palabra es un concepto—, así está definido, y nosotros sabemos que no podemos expresar el significado total, Lacan plantea, en el seminario 11 de los Cuatro Conceptos, que es un paso al límite. Eso es importante porque ya nos dice algo de cómo pensamos la producción teórica psicoanalítica. No hay la posibilidad de tener un significado o una definición completa, siempre hay un paso al límite, un salto.

    ¿Se acuerdan de Aquiles y la tortuga? Si lo hacemos en un papel, en la lógica, Aquiles nunca alcanza a la tortuga. Lo que decimos es que este pedazo que siempre falta igual lo tenemos que salvar. No se me había ocurrido esa palabra en otros momentos, pero me parece que me salió porque vamos a hablar mucho de la salvación; también se le dice justificar, llenar ese vacío que hay, que es imposible de llenar totalmente, con un acto que significa un paso al límite. Me parece importante plantear eso de entrada.

    La supervisión para mí es importante también. No toda la vida, a lo mejor, porque después el supervisor ya funciona en cada uno: uno va a ir viendo en la práctica que cada vez lo hace más distanciadamente, y no es porque se cansó de supervisar, es porque realmente el lugar del supervisor está en el analista, puede tranquilamente trabajar desde esa escisión una vez hecho el pase a analista. Vieron que Lacan dice que el analista es al menos dos: el que analiza y el que, a su vez, teoriza sobre lo que hace, sobre su práctica. En ese sentido, puede incorporar ahí la función del supervisor. Pero en un momento de la práctica es imprescindible. 

    Nosotros tenemos un tema que es el fin de análisis. En teoría, no podríamos analizar hasta que tuviéramos el fin de análisis, porque es ahí donde uno pasa a analista, hace esta experiencia de la nada o del vacío de sentido, como que concluye esa experiencia al fin del análisis, con la caída del lugar del analista. Como eso no ocurre porque, en general, uno se sigue analizando mucho más tiempo de lo que sería el momento en que comienza a analizar, la supervisión ahí tiene todavía más valor, porque trabaja sobre la resistencia del analista. En algún momento vamos a desarrollar eso un poco más, aunque no esté tan ligado, en principio, a lo que vamos a desarrollar este año. Digamos que la realidad fantasmática del analista a veces hace de obstáculo a la escucha del analizante. Ahí viene el lugar del supervisor.

    Y, luego, la formación teórica. Estas tres cosas hacen una trama, como si dijéramos la red para tirarnos al vacío. La verdad es que, confrontarnos con un sujeto que está sufriendo, de algún modo es como tirarnos al vacío. En psicoanálisis no hay una técnica, hay una operación con la transferencia, uno va encontrando la manera de abordar a sus pacientes, pero lo cierto es que a veces hay un sufrimiento muy grande y una imposibilidad muy grande de hacer con la vida. Si uno no tuviera esta red de contención, se angustiaría todo el tiempo…


…Los hilos por donde vamos a tratar de entrarle al psicoanálisis son dos hilos bastante fundamentales. Por un lado, la concepción de la pérdida como constitutiva del sujeto, esa es una de las tramas fundamentales. Aparece en Freud como la pérdida originaria del objeto y aparece en Lacan como una pérdida fundante del sujeto. Por el otro lado, la concepción del duelo. Vamos a poner en relación estas dos cosas…

    …El duelo, como ustedes saben, es una operación, o un trabajo, como dice Freud, destinado a terminar… 

… hay una pérdida del objeto ligada a la separación de un objeto, como por ejemplo la pérdida de un ser querido, o una situación concreta, como un terremoto por ejemplo; y la pérdida por daño al objeto. Acá hago una diferencia que es interesante porque nos conecta con algo que hace muchísimo no trabajamos, pero creo que es muy importante, que es la propuesta de Melanie Klein respecto de la culpa y la depresión como lo que permite el pasaje de la disgregación del sujeto en el primer tiempo a la unificación en la etapa depresiva. Es algo dejado de lado, pero creo que nos va a venir muy bien hacer esta diferencia […] Déjenlo como propuesta: por un lado, la pérdida por separación del objeto, por ejemplo el destete, pérdida de un ser querido, todo lo pondría en esa línea; y pérdida con (no por) daño del objeto, ahí es donde aparece la cuestión de la culpa y la expiación.


Grupos de Supervisión 2021



Supervisión

La supervisión constituye uno de los pilares en la formación del psicoanalista.

El modo de transmisión de la práctica deriva de sus características: el psicoanálisis solo opera en transferencia, es por esto que no puede ser enseñado teóricamente en su totalidad.

No se trata de una técnica que implicaría un saber sabido que hay que imp
artir. Lo implica al analista como sujeto dividido, por lo que es necesaria la escucha de otro analista.

Cuando hablamos de abstinencia nos referimos a abstenerse del fantasma del que lleva adelante la cura para no resistir la gramática que ordena la realidad del analizante.

Es por esto que también solemos llamar a esta práctica análisis de control.

 

La propuesta

Constituir un grupo de no más de 6 miembros que se interesen y practiquen el psicoanálisis.

Pueden estar o no en sus comienzos, ya que esta práctica de control o supervisión atraviesa todos los momentos de formación.

En la primera reunión hablaré acerca de la supervisión en la formación del analista y del modo de presentación de los recortes clínicos.

El trabajo consiste en que uno de los miembros del grupo presente un fragmento de su clínica que lo interrogue. De allí se derivan dos formas del no saber: el referido a la transferencia que puede estar impidiendo escuchar y el no saber referido a la problemática del analizante. Para esto último, nos propondremos, cada vez que damos una vuelta de supervisiones, disponer una reunión de trabajo teórico sobre el tema que resulte.

 

El Modo

Dada la situación actual, donde el aislamiento social es el remedio, decidí continuar con la práctica de la supervisión de manera online.

Hay dos grupos habilitados para la inscripción. Uno funciona el primer y tercer viernes de cada mes de 10.30 a 12.00. El otro, primer y tercer viernes de 14.00 a 15.30. Las reuniones son por el momento a través de ZOOM.

El comienzo es en marzo y el valor es de $700 por reunión. Los grupos serán de seis personas como máximo, ya que van rotando en las presentaciones.


Actualización Septiembre 2021

El año y medio en el que desplegamos la experiencia de las supervisiones grupales virtuales ha sido muy provechoso. Además de tratar los temas previstos referidos a la transferencia, la resistencia y los teóricos resultantes de las preguntas en la clínica, hemos podido extraer y trabajar algunos temas que caracterizan nuestra práctica en la actualidad, fundamentalmente los referidos a la clínica desarrollada de forma virtual. Entre ellos se destacan la entrada en la sesión, tema fundamental ya que implica el pasaje de una escena a otra: la del diálogo con pares a la del lazo analítico; la escena no compartida, el lugar de la voz, la mirada, la imagen bidimensional y el tema del pago.

Como el trabajo fue muy productivo, decidí abrir los dos grupos vigentes para incluir más miembros. Los encuentros funcionan cada 15 días en el 1° y 3° viernes de 10.30 a 12.00, y el 2° y 4° viernes de 14.30 a 16.00 de cada mes. Quienes estén interesades en incluirse en alguno por favor comuníquense a adelfa.jozami.psicoanalisis@gmail.com.




martes, 14 de septiembre de 2021

Interrogantes acerca de la pubertad hoy


Vivimos en un mundo simbólico. Esto permite que nos orientemos a través de significantes, que, a su vez, tienen sus leyes. La realidad que habitamos la ordenamos de esa manera. Sin ánimo de simplificar, pero para expresar el interrogante que quiero plantear: los significantes que han ido marcando nuestro cuerpo, nuestra historia, acontecimiento tras acontecimiento, construyen la trama a través de la cual abordamos la realidad. Pero, claro, el sujeto no es sólo simbólico: si fuera así, sería equivalente a una computadora con su sistema binario. Lo simbólico es binario.

El sujeto es efecto de la articulación RSI: real, simbólico e imaginario. A través de lo simbólico y lo imaginario, se accede a lo real. Lo simbólico orienta y permite los lazos; lo imaginario da consistencia, forma; y lo real es eso que no ha sido simbolizado e irrumpe en la vida de cada uno.

Vamos al punto. Une niñe de entre 9 y 12 años, según el contexto en el que viva, comienza a sentir que su cuerpo le acerca satisfacciones desconocidas —real aún no simbolizado— y busca argumentos para orientarse. Lo que diré no es nuevo: a partir de que comienzan las restricciones por la pandemia para evitar la muerte, por un lado, y el colapso sanitario, por el otro, les niñes, que no pueden salir de sus casas —salida que les permitía buscar afuera, en la exogamia, algunas respuestas—, se quedan en casa y, para preservar su privacidad, se encierran. Pero su espacio, si lo tienen, tiene una ventana al mundo que es la computadora o cualquier dispositivo que los conecte con el exterior. Es ahí donde buscan las respuestas.

Como decíamos al comienzo, lo simbólico orienta y es binario: sabemos lo que es claro porque está lo oscuro. Hasta hace un tiempo, hombre-mujer cumplía esa condición. Hoy, la multiplicidad de nominaciones genera un campo en donde, si bien hay quienes piensan que cada uno tiene a qué identificarse, también resulta más difícil orientarse, y no solo en lo identificatorio, “soy esto”, sino en la posibilidad de hacer lazo.

Hacer lazo en la pubertad implica, fundamentalmente, hacer amigues y comenzar a definir el objeto de su deseo. Les amigues no solo son con quienes jugar y divertirse, sino quienes pueden escuchar e interesarse por su angustia, por sus preguntas, son espacios donde se propicia la identificación al otro por medio del deseo.

El objeto del deseo sexual o el que se supone brindará satisfacción es resultado de múltiples operaciones en el proceso de subjetivación: identificaciones, duelos, vicisitudes de la declinación del Edipo, que merecen un texto aparte. 


Aclaraciones: Utilizo el neutro solo para no privilegiar un género sobre el otro en humanos. No lo uso en otras palabras, dado que esto afectaría el lenguaje de un modo en que no estoy en condiciones de expedirme.

Respecto a objeto del deseo sexual, no se trata de objetalizar al partenaire, sino de indicar el lugar, dentro de la configuración subjetiva, que ocupa lo que puede atraer sexualmente. 



Para quienes se interesen, dejo dos links a artículos que escribí anteriormente en los que amplío estos temas:

Lo hétero - Página 12, 02/08/2018 

https://www.pagina12.com.ar/132375-lo-hetero

La certeza de Facha - Página 12, 18/12/2014

https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-262173-2014-12-18.html


Algunos interrogantes y algunas respuestas para intentar comprender nuestra época


Retorno nuevamente a esta plataforma, esta vez con una colaboradora que se ocupará de que el blog se mantenga activo. Para empezar, me gustaría introducir un pequeño proyecto que tengo para los próximos meses: me propongo ir publicando una serie de breves textos para intentar, con el psicoanálisis, dar algunas respuestas a interrogantes que surgen en ésta época. Estos textos no presentan lo más importante ni lo primero qué hay que tratar, son el resultado del cruce entre las preguntas de muchos analistas, incluyendo las mías, respecto a la cantidad de púberes que acuden hoy al análisis con temas de identidad de género y mi deseo de escribir sobre el tema. No será un abordaje exhaustivo ni académico, sino un planteo de ideas, donde situaré algunas preguntas e intentaré responderlas con los recursos que nos ofrece el psicoanálisis.


Es necesario ubicar que, cada púber, cada adolescente manifiesta su angustia, desorientación, síntomas conversivos, aislamiento, fobia social, en el momento en que salen del ámbito familiar y deben entrar a la escena social, no ya como niños, según la trama singular de la que es producto. Por lo tanto, estos textos no son aplicables en términos generales a todes, son sólo un marco para situar la problemática.

 

Breves textos planificados:

 

  • Interrogantes acerca de la pubertad hoy

  • La búsqueda de nominación

  • El lugar del padre

  • La identidad y el goce

  • Los sujetos hechos “a medida”

  • El objeto de deseo

 

Hasta la próxima. Adelfa Jozami



miércoles, 24 de febrero de 2021

Realidad. Fantasma. Equívoco

 Conceptos que colaboran en responder preguntas actuales

Cuando un sujeto tiene un lugar relevante en la trama de la realidad en la que habitamos y, con sus actos, afecta la vida del conjunto –eso es la política–, se hace más complejo el efecto de una decisión, un movimiento, que resulta de una lectura equívoca de la realidad.

Ante los recientes hechos, que revelaron una trama que involucra a varios de estos sujetos y sus actos, me convocó el desconcierto, la sorpresa. Suena y resuena la pregunta: ¿qué pasó?, ¿cómo pudo ser? Seguro que algo salió de su cauce, se desencadenó.

En ocasiones, los sucesos de la realidad pública mediática, y las preguntas que nos generan, colaboran en ubicar mejor ciertos conceptos importantes para el psicoanálisis. En este caso, a su vez, algunos de estos conceptos pueden ayudarnos a elaborar posibles respuestas a dichas preguntas.

 

La realidad construida con tramas (real, simbólico e imaginario), que permiten a los lectores avezados anticipar el próximo cuadro, a veces sorprende.

Esa realidad es distinta para cada sujeto. Lacan la llamó fantasma, una estructura en la que el objeto le va dando forma al sujeto, y recíprocamente. Es como una burbuja aesférica, donde el interior se conecta con el exterior.

Voy a compartirles algunos fragmentos de mi libro Pubertadolescencia que creo que nos pueden ayudar a ubicar la función del fantasma:

En el primer tiempo hay el mundo.

En el segundo, se monta una escena: la del orden simbólico, a la cual se suben todas las cosas de ese mundo para ser dichas. El montaje de esa escena constituye al otro simbólico.

El tercer tiempo es aquel en que el sujeto hace una escena sobre la escena. Eso es el fantasma.

El montaje de la escena sobre la escena del mundo se da en la doble vuelta del significante, a raíz de la repetición significante. Allí el sujeto se extrae, y aparece como corte de ese mundo Otro, del mundo simbólico. Esto hace de marco al fantasma.

El sujeto habla. Habla sin saber, siempre dice más de lo que sabe. Eso lo ubica en el discurso como sujeto del verbo: yo hablo, no soy. El sujeto parlante, por ser parlante, no es; el modo de ser del sujeto parlante es el para-ser.

 

En psicoanálisis, en el que operamos en transferencia, solemos acentuar que el analista debe abstenerse de su fantasma, prestarse al lugar del objeto del analizante y de ese modo poder escuchar la fantasmática en la que habita.

La burbuja (plano proyectivo) a la que me refería como la realidad del neurótico hace que la posición subjetiva se vea nutrida por los hechos externos: a diferencia del psicótico, el neurótico no está “encerrado en su propia burbuja”, sino que lo externo lo afecta, incide sobre él. El fantasma del “tercero excluido”, por ejemplo, puede llevar a un sujeto a sentir que en su grupo o en su trabajo siempre lo dejan afuera, pero al estar abierto a los comentarios de los que lo rodean, tiene la posibilidad de rectificar esta idea.

Hay muchos motivos por los que la trama fantasmática que hace sostén del deseo puede volverse una trampa, un encierro del que hay que salir. Cuando esto ocurre, la “salida” puede ser el pasaje al acto o el acting. En un caso, esto puede ocurrir por identificación al ideal: el “salvador” por ejemplo, que pierde por este motivo la perspectiva que le permitiría ver que no puede erigirse como amo de la salvación (sobre todo en un contexto en el que lo que se trata de trasmitir es que no hay amos).

Esa escena estaba destinada a explotar.

El pasaje al acto, salida abrupta de la escena fantasmática, eyecta al sujeto identificado al objeto.

La trama de la realidad no sigue una lógica impecable porque está sostenida por sujetos parlantes, y una de las características del lenguaje es el equívoco. Entonces, la trama es inestable y, si sumamos varios “eventos desafortunados”, explota.

Como podemos comprobar, siguiendo la cadena de los acontecimientos, un lector atento puede deducir lo que ocurrirá. Esto se basa en la teoría de la repetición, entre otras. Pero hay momentos en que lo que ocurre, sorprende. Acorde a la lógica del invento, donde la cadena prevista se rompe y surge lo inesperado, hay ocasiones en las que un equívoco de un sujeto desencadena efectos imprevistos, incontrolables (todos los in que queramos, inaceptables, imperdonables…), en tanto negación de lo que se esperaba de ese sujeto.

Otro evento que podemos marcar en esta ocasión en particular como pasaje al acto es el del que hace público lo que suponía que habría hecho su otro del espejo, para adelantársele. El mensaje es al público, pero tiene un destinatario específico. En esa realidad, lo que vale (no olvidemos que el valor es lo que otorga sentido) es ganarle de mano al otro: el mensaje “no me sorprendiste” hizo perder de vista que la sorpresa sería generalizada. Aquí también el sujeto sale eyectado de la escena como objeto.

Como podemos ver, el psicoanálisis tiene mucho que aportar a la lectura de la realidad. Emancipa.

 

Adelfa Jozami

jueves, 4 de febrero de 2021

Seminario 2021



 

El Duelo

El duelo es un trabajo, destinado a terminar, para elaborar una pérdida.

La experiencia de la pérdida es constitutiva del sujeto. Es un hecho originario que se actualiza en cada nueva pérdida. Lo perdido puede estar tramado con una experiencia de satisfacción, con un objeto, con un período de la vida, con un ser querido, con el propio yo (moi) en tiempos de cambios corporales.

En el origen es la pérdida de lo UNO, del goce como absoluto.

Cuando esta elaboración falla, no termina, tenemos la melancolía.

El objetivo en este seminario es abordar los desarrollos de Freud y Lacan sobre los efectos de la pérdida originaria en la constitución  del sujeto y el proceso de duelo vía identificación al rasgo unario. Los efectos del duelo patológico y la melancolía.

El itinerario previsto contempla 15 reuniones de marzo a noviembre de 2021.

Incorporamos como lugar de reunión lo aprendido durante la pandemia: lo haremos vía Zoom.

La frecuencia será quincenal, 2º y 4º viernes de 10.30 a 12.00 aproximadamente.

Les adelanto el itinerario:

 

1º Reunión

La concepción del duelo y su elaboración fallida: La melancolía.

Su manifestación en la antigüedad, el medioevo, el renacimiento y la era moderna; en la cultura, en las artes, la medicina, la filosofía y el psicoanálisis.

Textos sugeridos

Walter Benjamín, “El origen del drama barroco alemán: El Trauerspiel”

Freud, “Duelo y melancolía”, en Metapsicología

Freud, “Lo perecedero”, en Miscelánea

Pura Cancina, El dolor de existir…y la Melancolía.

Marcela Martinelli,  Las melancolías. Goce de vida/ Goce de muerte

 

2º Reunión

La experiencia de la pérdida. Pérdida del goce absoluto. La “civilización del goce”.

La pérdida del objeto. Vacío. Agujero. Falta

Lecturas sugeridas

La relación de objeto. Seminario 4 de J. Lacan

Las formaciones del inconsciente. Seminario 5 de J. Lacan.

 

3º y 4º reunión

Inscripción significante. Caída del objeto. Categorías de la falta.

Noción de falta de objeto. Su búsqueda por la vía de la repetición.

 

5º y 6º reunión

Castración- Frustración- Privación.

Deuda simbólica. Daño imaginario. Agujero.

El agente.

Complejo de castración.

 

7º reunión

Cómo incide el significante en lo real.

La angustia no puede ser mitigada, debe ser intervenida por el significante.

 

 8º y 9º reunión

El rasgo unario- El vacío.

Cuadrante de Pierce. Función de los cuantificadores. El no todo.

Negación- Forclusión- Discordancia

Lectura sugerida

Capítulo 8 del Seminario de La identificación de J. Lacan

 

10º reunión

Los afectos. Angustia. Dolor. Tristeza

Freud, “Angustia. Dolor y tristeza”, en Inhibición, síntoma y angustia

 

11º reunión

¿Se puede recobrar el objeto perdido?

Permutaciones. El fetiche.

Mito. Fantasma

La sustitución significante.

 

12º reunión

El sentido y el sin sentido. El lugar del vacío como generador del decir.

Lectura sugerida

…o peor, Seminario 19 de J. Lacan

 

13º y 14º reunión

Duelo y Melancolía.

Bulimia y anorexia. Tipos de identificación al objeto.

 

15º reunión

La construcción en análisis en los duelos patológicos.

 

Pondremos en relación el proceso de elaboración de una pérdida a través del trabajo de duelo presentado por Freud con el modo de hacer con la pérdida originaria en el sujeto.

El camino que emprenderemos para aprehender esto no puede ser lineal, no es una cadena, tal vez se parezca más a una trenza o una red, donde el abordaje de algunas nociones y conceptos vayan echando luz al planteo original.

ADELFA JOZAMI

 

A les que les interese incluirse en este recorrido pueden inscribirse enviando un mail a adelfa.jozami.psicoanálisis@gmail.com

Los honorarios por reunión, que incluyen la desgrabación de la misma, son de 800$.

Fecha de inicio: viernes 26 de marzo