viernes, 11 de marzo de 2022

Seminario 2022

NOMBRE- NOMBRE PROPIO- LO QUE NOMBRA- ACTO- NOMINACIÓN

Hola a todes, les comparto algunas de las ideas que trabajaremos durante el seminario



El nombre propio es necesario para el hablante.

La pérdida que sufre en el origen lo divide, su objeto cae en el campo del Otro y es allí donde lo busca. El nombre propio, otorgado por el Otro le permite vía identificación, ser uno entre otros, es así como entra al discurso y hace lazo. Responde a la pregunta:¿quién soy?.

Para que el lenguaje sea vehículo de conocimiento, de comunicación, tiene que tener valor de verdad. Frege y Russell plantean que debe haber una relación con su referencia, descripciones que identifican al referente con un nombre. Kripke, en “El nombrar y la necesidad” se opone a esto y plantea que no hay relación entre el referente y el nombre, que el nombre es un designador rígido, sin metáfora, sin sentido. Entre ambas teorías, para el psicoanálisis, el objeto está perdido, no hay referente, solo la marca de la pérdida. Hace falta un acto para que el nombre se inscriba. El acto, que es significante, rompe la dicotomía verdadero/usurpador, legítimo/impostor, donde la verdad ya no tiene el carácter de ser aquello que coincide con el referente o la verdad garantizada por el Otro. La verdad en el psicoanálisis es escrita, es axiomática: no puede decirse toda, entonces se dice a medias. Es por esto que el nombre es necesario, es necesario que se inscriba y, para esta escritura, es necesario un acto. 

Aunque lo que ocurre respecto a la orientación/desorientación sexual nos dice que los nombres existentes son insuficientes para ordenar los lazos, no se puede inventar y escribir cualquier cosa. Con nombrar no alcanza, es necesario una operación que afecte la estructura.



La nominación surge como escritura de lo imposible.

La función del nombre propio es la de sutura respecto a la división del sujeto. La de la nominación es de corte.

No hay identidad en el hablante. El sujeto, rechazado del saber sobre su sexo a partir de la incidencia equívoca del significante, sólo reconoce una diferencia, que desde Freud se articula a una lógica: la lógica fálica. En busca de una certeza sobre su goce y hacia dónde éste lo conduce en tanto ser (identidad) se encuentra con un vacío de saber, esto puede llevarlo a buscar en las creencias, religiosas, mágicas, pseudo científicas (la ciencia no da certezas) lo que le permita unir saber y verdad, suturar el vacío que le produce incertidumbre. Equilibrio precario que tambaleará con cualquier irrupción de lo real. Inversamente, el sujeto encuentra su verdad en el significante, equívoco, con cuya inscripción hace saber.

Si bien la nominación incluye al nombrar, hay diferencias. La nominación opera sobre la estructura (nodal), es producto de un acontecimiento, momento en que la repetición significante, consigue por ejemplo a través de un equívoco, producir ese significante nuevo que nombra lo perdido. Este corte produce un cambio en la posición subjetiva. Se podría decir que esta nominación escribe lo imposible. No hay una solución a priori, es escrita. 


El sujeto es nombrado por el Otro, con su nombre propio, luego como niño o niña. Esos nombres provienen del Otro. Por ser hablante, el sujeto está alienado al lenguaje que viene del Otro. La nominación, producto de un acto, no de una designación de otro, es lo mas propio que tiene el sujeto.

Se abren otros mundos posibles: la nominación, que escribe la pérdida, lo imposible, abre el horizonte de mundos posibles.


La crisis cultural que provoca la desintegración del Otro consolidado, la caída de las creencias, conmovió y puso en cuestión las nominaciones establecidas: hombre/mujer. Primero fue nombrar la homosexualidad masculina, gay, la femenina, lesbiana, y últimamente estalló en infinidad de nombres. Mundos posibles?

Cómo afectará a los lazos? Y a la sexualidad? Y al deseo?. 

Respecto al nombre homosexual por ejemplo, Lacan en su seminario “Los nombres del padre”, dice que es una nominación inadecuada. En ese mismo seminario formula algo que me viene orientando hace bastante para pensar estos temas: “…quisiera hacerles observar que esas fórmulas llamadas “cuánticas de la sexuación” podrían expresarse de otro modo, lo que quizás permitiría avanzar. Podría decirse así: el ser sexuado no se autoriza más que por sí mismo; pero yo agregaría: y por algunos otros”. Lo que mas adelante continúa: “…¿no habría podido ocurrírsenos en la Escuela que es eso lo que equilibra mi decir de que el analista no se autoriza mas que por sí mismo?. Esto no quiere decir que él esté solo para decidirlo”. Claro que éste decir de Lacan ha tenido consecuencias en mi pensamiento y en mi participación en instituciones.



Quien esté interesado en participar del seminario puede encontrar información respecto a la inscripción, a las fechas y al itinerario en el siguiente post: 

http://adelfajozamipsicoanalisis.blogspot.com/2022/03/seminario-2022.html 

Saludos!

Adelfa Jozami

viernes, 4 de marzo de 2022

Seminario 2022

NOMBRE- NOMBRE PROPIO- LO QUE NOMBRA- ACTO- NOMINACIÓN         

                 
                        


No hay identidad en el hablante; el nombre propio es entonces necesario para él: necesita que algo lo ubique como “uno”, diferente a “otro”. El nombre propio, otorgado por el Otro, le permite una vía de identificación: ser “uno” entre otros. Es posicionándose en ese “uno” que entra al discurso y hace lazo. Responde a la pregunta: ¿quién soy?.

Mas allá de los debates entre filósofos del lenguaje respecto a si debe haber un referente para que el nombre sea verdadero  o por el contrario si es un designador rígido, para el psicoanálisis, el objeto está perdido, no hay referente, solo la marca de la pérdida. Hace falta un acto para que el nombre se inscriba. 



El recorrido que haremos en este seminario no es inocente, tiene un horizonte, tiene un sentido: poder despejar algunas preguntas de nuestra época, no solo teóricas, sino que inundan nuestra clínica y atañen al psicoanálisis al involucrar el deseo, el amor, la identidad sexual, los goces. 

Hoy por hoy Facebook ofrece a sus usuarios una lista de más de 50 palabras para personalizar su género. Esos nombres que en general identifican el modo de goce o la transición de uno a otro ¿qué nombran?, ¿qué función cumplen?. Los goces que justamente lo son porque escapan al dominio del significante, ¿pueden ser nombrados?. El sujeto con ese nombre identificado ¿considera que ese es su objeto?. ¿Sustituye al fantasma que vela la falta del objeto? ¿Son los nombres de los pedazos de cuerpo luego de la explosión de la díada h/m? ¿Verdaderamente explotó o es una redistribución de funciones, privilegios, gustos entre géneros, de carácter cultural?.   

Propongo volver sobre algunos textos sobre el tema de los nombres y las nominaciones, para luego poder encarar qué función cumplen los nombres hoy y qué efectos producirá el fenómeno que se da actualmente respecto a las nominaciones de identidad de género y sexualidad en el desarrollo del sujeto.


El seminario comienza el 8 de abril y se desarrollará a lo largo de 10 reuniones, los 2° y 4° viernes de 10,30 a 12 hs. por ZOOM.

El arancel es de 1000$ por reunión e incluye una desgrabación.

Para inscribirse o para aclarar cualquier duda pueden escribir al mail adelfa.jozami.psicoanalisis@gmail.com



Itinerario

  • 1° Reunión, 8 de abril, y 2° reunión, 22 de abril

   Identidad  Identificación

No hay identidad posible en el hablante. Yo- no es- Yo. Enunciado/enunciación-          La identificación es al significante.

El einziger zug. Rasgo unario.

Función del nombre. Nombre común- Nombre propio.  El UNO unificante que constituye la norma (einheit) al uno unario: einzigkeit. Unicidad expresada como tal, encarna la diferencia. De la norma a la excepción.

Género vs. Diferencia

Textos sugeridos

Freud. Cap VII de Psicología de las masas. La identificación

Lacán. Seminario 9. La Identificación.


  • 3° Reunión 13 de mayo

Teoría del Nombre

Teoría de los nombres propios. Alan Gardiner

Teoría del nombre. Carlos Ruiz.

El nombre y lo indecible. Carlos Ruiz.

El nombrar y la necesidad. Kripke


  • 4° reunión. 27 de mayo

Es preciso un acto para que el nombre se inscriba

Lacan. Seminario 15. El acto analítico


  • 5° Reunión. 10 de junio

El nombre. La nominación. Lo verdadero. Sutura y corte.

Lacán. Seminario XII Problemas cruciales.


  • 6° Reunión. 24 de junio

“No hay relación sexual” Axioma lacaniano que dice que no hay relación que se pueda escribir entre hombre- mujer. No hay proporción.

Lacan. Seminario 22. RSI


  • 7° Reunión. 8 de julio

El padre como nombrante. “La nominación es lo único de lo que estamos seguros que haga agujero”

Lacan Seminario 22. RSI.


  • 8°Reunión. 12 de agosto.

Hombre- Mujer son solo significantes. El amor suple la ausencia de relación sexual.

Lacan. Seminario 20. Aún. Cap. III, IV, V, VI y VII


  • 9° Reunión. 26 de agosto

“El ser sexuado no se autoriza mas que por sí mismo; pero yo agregaría: y por algunos otros”

Lacan Seminario XXI. Los nombres del padre


  • 10° Reunión. 9 de septiembre.

Los nuevos nombres. ¿Qué nombran? Cumplen la función de estabilizar al sujeto en una posición?...

 






miércoles, 19 de enero de 2022

Interrogantes acerca de la pubertad hoy 3° texto

 

La nominación

Como decía en el texto anterior, a diferencia de otros animales, para los cuales el “saber” acerca de lo que hacer en la sexualidad (como animales somos sexuados por el modo biológico en que nos reproducimos) reside en el instinto, el hablante, que “padece” una pérdida en el origen, busca ese saber en el Otro. Así las cosas, ser nombrado por el Otro es necesario.

El sujeto se identifica a ese significante con el que es nombrado. Podemos convenir que el nombre propio (lingüistas, lógicos, filósofos lo han debatido mucho) responde a la pregunta ¿quién soy?, la que un hablante no puede responder de otra manera. Encontramos el UNO en ese significante, que al ser otorgado incluye al sujeto en un linaje y le permite hacer lazos sociales. Cumple la función de representar al sujeto ante otros.

Si bien la nominación incluye al nombrar, hay diferencias. La nominación opera sobre la estructura (nodal), es producto de un acontecimiento, momento en que la repetición significante consigue, por ejemplo a través de un equívoco, producir ese significante nuevo que nombra lo perdido. Este corte produce un cambio en la posición subjetiva. Se podría decir que esta nominación escribe lo imposible. No hay una solución a priori, es escrita. 

Ahora se abren otros mundos posibles. Leibnitz fue el primero que habló de los mundos posibles, decía: “Vivimos en el mejor de los mundos posibles”. Fíjense que decimos que es imposible ser uno para el ser hablante, por lo que es necesario el nombre propio para hacerse uno frente a otros y acceder a mundos posibles.

Por otro lado Noah Yuval Harari nos recuerda que el sujeto utiliza una parte ínfima de sus mundos posibles: “un <horizonte de posibilidades> significa todo el espectro de creencias, práctica y experiencia que una sociedad concreta tiene abierto ante sí, dadas sus limitaciones ecológicas, tecnológicas y culturales. Por lo general, cada sociedad y cada individuo exploran solo una minúscula fracción de su horizonte de posibilidades.”

La nominación que escribe la pérdida, lo imposible, abre el horizonte de mundos posibles.

Siempre me impactó la última escena de la obra de teatro “El despertar de primavera”, la que Wedekind, contemporáneo de Freud y autor, nombró: “El despertar de primavera. Una tragedia de niños”. Fíjense que lo que queda “afuera” del título dice mucho: se trata de un pasaje de niño a adolescente, donde reside una pérdida, tragedia, duelo que hay que elaborar. En esa última escena, Melchor, el protagonista, se escapa del reformatorio en el que lo habían recluído por haber embarazado a Wendla, la que muere al intentar abortar llevada por su madre, y también porque encuentran en el bolsillo de Mauricio, quién se había suicidado por sus fracasos escolares, unos dibujos hechos por Melchor de la anatomía femenina para explicar a su amigo el acto sexual. Cuando Melchor se escapa, se encuentra frente a dos caminos posibles. La opción que le plantea el fantasma de Mauricio, con el que se encuentra, indica que si sigue su mismo camino evitará la angustia; el enmascarado, en cambio, que Lacan ubicó como uno de los nombres del padre, le promete ampliar su horizonte, lo cual solo puede conseguir con las palabras. Frente al vacío del objeto, el Enmascarado ocupa su lugar, nombrando.

El tema del horizonte es fundamental. El horizonte es una línea imaginaria que se recorta según la posición del sujeto y su contexto. El horizonte en le niñe está tramado por el lugar que ocupó en el deseo de los padres. En la pubertad, acuciado por las preguntas que su cuerpo le hace y que su horizonte actual no responde, abre su búsqueda de saber, de nombres que lo orienten. 

El sujeto es nombrado por el Otro con su nombre propio, luego también como niño o niña. Ambos nombres provienen del Otro. El sujeto por hablar está alienado al lenguaje que viene del Otro. La nominación, producto de un acto, no de una designación de otro, es lo mas propio que tiene el sujeto.

La crisis cultural que provoca la desintegración de otro consolidado, la caída de las creencias, conmovió y puso en cuestión las nominaciones establecidas: hombre/ mujer. Primero fue nombrar la homosexualidad masculina, gay; la femenina, lesbiana; y la transexualidad, hasta que en tiempos recientes estalló en infinidad de nombres. Mundos posibles? Cómo impacta e impactará esto los lazos? Y la sexualidad? Y el deseo?

Continuará

lunes, 6 de diciembre de 2021

Fragmentos del seminario sobre el duelo 3°


Esta vez trabajamos el Barroco del siglo XVII y su relación con el vacío y la verdad. Es un tema que toma mucho Lacan para pensar el vacío y lo que se hace para manifestarlo. Si bien en el teatro barroco de lo que se trata es de mostrar la tragedia humana en la Tierra, sosteniendo que hay otro espacio posible en el cual operaría la salvación, es el punto inicial para mostrar el vacío de la existencia. 

    Un filósofo del arte muy importante del siglo XX, Walter Benjamin, trabajó  lo que se denomina Trauerspiel,  el teatro barroco alemán. Trauer significa ‘tristeza’, luto, duelo’, y Spiel es ‘escena teatral, juego’; de algún modo, sería como subir el luto a escena. Lo que Benjamin transmite es que para saber la verdad de la tragedia humana hay que dejarla hablar. Es algo a lo que hay que encontrarle la lógica, la ley de su forma, y esa lógica se encuentra cuando uno la manifiesta, cuando uno la dice; o sea que en el decir se encuentra la lógica de la verdad. 

          Lacan plantea que la verdad es la dit-maison, la mansión del dicho. Cuando uno habla en el análisis, se encuentra con su verdad, eso es la dit-maison; entonces a partir de la caída del significado, a través de un fallido, a través de un señalamiento del analista,  se ve el sinsentido de lo que está haciendo, diciendo, o la escena que está montando, ahí aparece el vacío en el que se puede decir. 

    Es muy interesante cómo lo plantea él: plantea el Trauerspiel como una idea, y que las ideas, para que se sepa cuál es su verdad, hay que decirlas, manifestarlas. En ese sentido, el Trauerspiel es una manera de decir la tragedia humana…


…Hay una diferencia entre la tragedia griega, que se refiere a los mitos, y la tragedia del barroco. (La tragedia barroca no es solo alemana, ese movimiento del teatro se desarrolló mucho en España, por ejemplo Calderón de la Barca, solo que los españoles le agregaban un poquito más de comicidad, no era tan trágico como el teatro alemán). 

Respecto a lo que decíamos de la tragedia humana,  para la tragedia de la existencia humana que se manifestaba a través de la escena en el teatro del alto barroco, la alegoría es la forma de expresión. Recuerden la idea de la alegoría, la vamos a trabajar respecto a las construcciones en el análisis de un melancólico. 

En el caso de la tragedia barroca, no se trata solo de pérdida, sino que el luto indica consciencia de la pérdida. Eso es importante porque el sentimiento de luto, o la disposición anímica, como plantean algunos, del luto ya implica un trabajo sobre la pérdida. Esto también nos vuelve a lo ya visto: en el duelo, el luto es la consciencia del vacío del mundo, pero en la melancolía no está eso. Incluso a veces el melancólico es obsceno con su dolor, no es que guarda luto. Mantengamos el duelo como operación y el luto como la manifestación anímica, por ejemplo no ir a fiestas, no escuchar radio fuerte, no ponerse colores fuertes, el satisfacerse con ese vacío como parte del duelo. Mientras que el melancólico, al no poder desprenderse del objeto y, como dice Freud, al caer la sombra del objeto sobre el yo, ese luto no existe. (No es que está de luto, está vacío). Incluso los autorreproches, etc., hablan de ese vacío.

Ahí, en vez de diferenciar al psicoanalista del psiquiatra, voy a diferenciar al psicoanalista del filósofo. Todo esto que estamos diciendo lo trabajó un filósofo del arte, que se interesa por la verdad de la tragedia humana y busca cómo expresarla, como el dramaturgo, que busca expresarla a través del teatro, por ejemplo. El analista también se interesa por la tragedia humana y por cómo se expresa, pero busca incidir sobre esa falla que hay en el nudo, a partir de su capacidad de incidencia: la transferencia, que le da ese lugar en la estructura que le permite el acto analítico… 

 

         …Lo que les decía del Barroco no solo está ligado al lugar que tiene para Lacan, sino en general para el pensamiento, en cuanto a que, de algún modo, el Barroco es una especie de estética del vacío; así como diferenciamos la estética que proporcionaba la geometría euclidiana y la topología o geometría proyectiva, que nos permitía pensar de manera diferente muchos conceptos que usamos (como el adentro y el afuera, el corte, los efectos de un corte). Así lo trabajó Lacan …el hombre por ser hablante padece ese vacío, en la medida en que la cosa se pierde como tal y el significado de esa cosa no está unido a la palabra que lo significa, o sea que hay un vacío por el hecho mismo de ser hablante. Lo que hace el ser hablante con ese vacío es una trama…


         …​Tenemos, por un lado, que el humano va tejiendo toda una trama para sostenerse en ese vacío. El melancólico, que también es humano parlante y también inicia tejiendo su trama, en un momento de su devenir algo no continúa por los caminos que sigue cualquier neurótico. Soy consciente de que digo melancólico, que le estoy dando un ser. No se trata solo de que tiene una visión melancólica de la vida: el que se satisface con el vacío en ese momento, nosotros lo podemos ubicar como melancólico. Hay una búsqueda de ser, en el sentido de la unidad del ser, a diferencia del neurótico, que está escindido por el significante y se identifica al rasgo. Ahí podemos decir que el sujeto está melancólico, pero, en ese momento, él es. Es un estado del ser, pero, en ese momento, es: se identifica a ese vacío porque hace uno con esa pérdida original, reproducida por otra pérdida…

 

viernes, 19 de noviembre de 2021

Interrogantes acerca de la pubertad hoy 2° texto


Hola a todes. Continúo esta serie, esta vez con un texto donde intento ir ubicando algunos puntos de anclaje para pensar las nominaciones, ya que no todo es nominable ni toda palabra nomina; siendo la nominación fundamental para hacerse lugar en el discurso. Lo seguiremos en la próxima.


El saber. Como establecimos previamente, el púber busca respuestas: busca un saber que lo oriente frente a las preguntas que le hace el cuerpo y también frente a las nuevas demandas del afuera, escuela, miradas y otras instituciones, dado que la estructura con la que solía responder, la infantil, empieza a resultar insuficiente para lo que se espera de él. Tampoco es menor que, a medida que se empieza a dar este cambio en sus compañeros de edad, si siguiera respondiendo como niñe quedaría desajustado de lo que configura su “colectivo” lo que promueve angustia y formación de síntomas.

A diferencia de los animales para los cuales ese “saber” reside en el instinto, el humano por ser hablante encuentra ese saber en el Otro, es decir, afuera de él. En un primer tiempo el nombre propio (otorgado por el Otro) es suficiente para identificarlo, en la pubertad se le demanda una opción que lo identifique en su género, soy X, lo que a su vez despliega la pregunta por el objeto sexual, el que daría satisfacción (aunque no siempre). Como decíamos en el texto anterior, aunque hombre/mujer solían configurar la opción válida para orientarse, surgían situaciones en las que un sujeto no se identificaba con su sexo anatómico, o sí lo hacía pero su objeto de goce no correspondía al sexo “opuesto”, como la cultura y también la falta (oriento el deseo respecto a lo que me falta) ubicaban como adecuado. Esto era rechazado por la cultura; muchos años de batallas por la inclusión a los derechos de los que no optan por el camino “adecuado” nos conducen a nuestra época. Hombre/mujer, ya son palabras que no representan a todos; pero podemos ver que para ser incluido como sujeto de derecho y no como objeto todavía se requiere un nombre que represente al individuo frente a otros, es decir que le otorgue un lugar y le favorezca los lazos. 

Importancia de la transmisión. Como sabemos, además de nuestro nombre- que haremos propio o no en el transcurso de nuestra vida- los nombres de las cosas del mundo, de nuestras sensaciones, emociones, lo que nos va dando un lugar en la realidad, vienen del Otro. Esto supone una transmisión. Nos preguntamos entonces si existe una función que le dé autoridad a la palabra, que nos garantice un significado, que nos indique que la ley es necesaria y tiene un sentido. Las religiones, que a mi entender representan un mito que da cuenta del origen de la existencia humana y de las leyes que la regulan, proponen a Dios como el que dio nombre a las cosas y a su vez pronunció en sus tablas los diez mandamientos. Cuando el psicoanálisis habla del padre, habla de esa función. Padre es el nombre de una función por la cual se transmite la ley, la ley que viene del Otro. Cuando la ley que ordena la realidad de un sujeto proviene de él mismo, estamos en la psicosis. Es por esto que el término libertad tiene tantas aristas.

Cuando lo que sostiene una crianza humana es la frase: “él/ella sólo/a va a dejar la teta o dejará los pañales, comerá, etc.”, se está eludiendo la responsabilidad social que los padres tienen de incorporar a le niñe en su época, operando la trasmisión de una ética, de una conciencia moral. Esta función instituye el ideal del yo, una instancia del sujeto que sostiene, da soporte a las identificaciones imaginarias, lo que hace las veces de identidad, ya que ésta, para el ser hablante es imposible.

Como sabemos, los mitos nos acercan en su trama, en su relato, lo que nos permite leer sobre los orígenes. Freud tomó el mito del padre de la horda para plantear la secuencia en la que esta función surge en el hombre. El padre primordial es el padre anterior a la prohibición del incesto. Anterior a la aparición de la ley por lo que se le supone un goce absoluto, podía acceder a todas las mujeres. Muerto el padre, asesinado por la fratría e incorporado canibalísticamente, luego de un tiempo en que la fratría se disputaba el goce del que el padre había disfrutado, comienza a imperar la ley como ordenador, que hace posible la convivencia. La ley primordial, sin la cual no habría sociedad posible, es la prohibición del incesto. Es una ley muda, no está dicha pero se transmite por el lenguaje. Luego están los mandatos de la palabra, expresados en los diez mandamientos, que indican lo que no, lo que debe quedar afuera, lo prohibido, origen del deseo.

La función del padre es entonces la de hacer pasar, del goce (absoluto, mortífero) al deseo. Su función es nominante.


domingo, 7 de noviembre de 2021

Fragmentos del seminario sobre el duelo 2º


Que el duelo está destinado a terminar, incluye lo temporal en el duelo, lo cual es un tema fundamental. 

El duelo no es solo una operación mental, sino que está acompañado de sufrimiento, tristeza, depresión, luto, tomando el luto como una disposición anímica de satisfacerse con el vacío que deja el ser querido, o el vacío de la existencia, de la vida, al que nos recuerda el contacto con la muerte. Hay una satisfacción en ese estado, que acompaña al duelo, pero el luto también es temporal y, eventualmente, termina.

Cuando el luto se extiende, como en el caso de la melancolía, podemos ubicar un proceso fallido del duelo. ¿Cuál es la operación que falla? ¿Por qué falla? ¿En qué punto el sujeto no puede terminar el duelo?  

En el proceso del destete, por ejemplo, donde a mi entender hay un duelo, si este no se realiza, hay situaciones ligadas a adicciones…hay un punto, en el cual el individuo quedaría fijado en una etapa oral canibalística, tiempo el que para eludir la pérdida del objeto se identifica a él por incorporación, esto constituye una predisposición a la melancolía…


Luego de trabajar acerca de la diferencia entre lo que hace el psicoanalista con el sufrimiento de alguien que apela a él, respecto a la psiquiatría por ejemplo, nos abocamos a hacer un recorrido por la tragedia y cómo esta era subida a escena por los griegos. Comparto algunos fragmentos:

…Desde esa época está la pregunta por lo trágico, por el sufrimiento, por el sacrificio, por el duelo, y, por supuesto, se busca siempre entender cuál es la causa. ¿Por qué la humanidad pasa por eso? Hay un recorrido muy interesante al respecto en el libro de Marcela (Marcela Martinelli “Las Melancolías”). En el comienzo, la respuesta a esta pregunta por la causa eran los dioses, los magos, las brujas, los diablos. La causa podía ser múltiple, pero era siempre algo inaccesible o fuera de la posibilidad de control humano…

…En ese momento, en la medida en que se percibía el cuerpo dividido del alma, aparece la medicina para hacerse cargo de este sufrimiento en el cuerpo, es decir, a hacerse la pregunta por y encontrar la causa en el cuerpo, esto desde Hipócrates. Está la pregunta, ¿por qué esta tragedia? ¿Por qué esta tristeza? ¿Por qué estos duelos? ¿Por qué esta melancolía? Justamente, la palabra melancolía aparece con Hipócrates, que tenía su teoría de los humores: según la combinación de los humores, era el carácter de la persona. El famoso humor negro, que también se llama bilis negra, es lo que significa la palabra melancolía, melan es ‘negro’ y coli es ‘bilis’, que sería el residuo (la idea de residuo es interesante) que queda cuando uno deja decantar la sangre. Pero los síntomas eran los mismos: tristeza, desinterés por el mundo, etc. …


Un participante comenta su lectura de lo perecedero de Freud donde él  se pregunta por qué el desprendimiento de la libido de sus objetos debe ser necesariamente un proceso tan doloroso:

…es porque la libido está invistiendo un objeto con lo que pasa a formar parte del yo, y, cuando el objeto desaparece, se desgarra el yo. Este efecto es lo doloroso, porque uno pierde una parte del yo. (Tener en cuenta que Freud no está haciendo diferencia entre identificación imaginaria, especular, narcicística y la identificación al rasgo; tampoco cuenta con el objeto a). Es muy interesante la diferencia entre una persona en duelo y un melancólico: en el duelo, realmente el mundo está vacío, se vació porque el objeto libidinizado, desaparece; en cambio, en la melancolía, como la persona no está desprendida del objeto, entonces el vacío está en el yo. Es como se suele decir: en el duelo el mundo está empobrecido, mientras que en la melancolía es el yo el que está empobrecido. 


…Cuando la causa eran los Dioses, teníamos el sacrificio como expiación;  Hipócrates, proponía dietas y otras actividades, que todavía se siguen proponiendo. Una vez localizada la causa, la nueva pregunta es cuál es el instrumento de salida de esa situación. 

Para el psicoanálisis, el lugar de la causa es un agujero, es ahí donde se inscriben los significantes que harán a la historia del sujeto. Partimos de una pérdida en el origen…


…Otra concepción de la época de Hipócrates que se mantiene actualmente y que el psicoanálisis desarma, por decirlo de alguna manera, es la idea de la armonía o equilibrio y la desarmonía o desequilibrio. Crasis  y discrasis (armonía o equilibrio y desarmonía o desequilibrio respectivamente), es interesante que de la segunda viene la palabra desgracia

Este concepto tiene una lógica que implica una operación muy distinta a la del psicoanálisis. Justamente, como no hay posibilidad de armonía,  la lógica es la lógica de la falta, ahí el fantasma es lo que vela esta disarmonía radical. O sea que siempre hay tres, la falta forma parte de la operación. En cambio, cuando uno habla de equilibrio, la operación es (vamos a pensar en una balanza) agregar lo que falta para llegar al equilibrio, y, si es posible agregar lo que falta, no habría falta.


miércoles, 29 de septiembre de 2021

Fragmentos del seminario sobre el duelo 1º


Quiero compartir con ustedes algunos fragmentos del último seminario que estoy dando, y que se acerca a su fin. Es sobre el duelo y la melancolía, y el recorrido que esto nos permite hacer en el psicoanálisis, sobre todo respecto de la constitución del sujeto, sus acontecimientos, su historia.

Es notorio que, cuando el empuje a transmitir persiste, los cauces que va tomando van variando según la época. Probablemente —aún no estoy en momentos conclusivos respecto del tema—, el lugar del maestro, las transferencias al saber y de dónde se lo espera, el análisis de cada uno y la madurez del propio psicoanálisis hagan que los modos de transmisión difieran; la pregunta que se hace Lacan y que Freud practicó es “Lo que el psicoanálisis nos enseña, cómo enseñarlo”, y ese es el cauce para mí. 

Como les decía, en esta oportunidad les compartiré algunos fragmentos de un seminario que estoy realizando junto a un grupo. Las preguntas por el duelo en la constitución del sujeto y por la melancolía surgieron de un seminario anterior sobre la angustia. En el trabajo que vamos realizando van apareciendo nuevas preguntas. Los fragmentos que compartiré forman parte de este segundo momento. 

Es importante recalcar que se trata de fragmentos, con puntos suspensivos antes y después; no tienen carácter conclusivo, forman parte de un desarrollo, pero subrayan hitos en un camino, preguntas y también algunas respuestas, respuestas que intento compartir como modo de establecer un intercambio, una forma de interlocución sostenida en lo que se dice, luego de haber atravesado muchos tiempos de formación.

Un analista que me ha enseñado mucho, aunque él no lo sepa, es Jacques Nassif. En una oportunidad, en una reunión de Convergencia, dijo que no éramos los analistas los que teníamos que defender el psicoanálisis, son los analizantes. O cada uno de nosotros en posición analizante. 

Dicho esto, comenzaré a compartir estos fragmentos esperando alguna interlocución.

Los siguientes forma parte del inicio del seminario. Lo llamo seminario porque el desarrollo va tomando rumbos a veces no previstos, donde los participantes con sus preguntas tienen un papel fundamental.



Primeros fragmentos 

Con respecto a cómo abordar el psicoanálisis y qué significa ese abordaje para mí, y supongo que para todos ustedes, creo que es importante volver a situar algo que me parece imprescindible. La formación en psicoanálisis está apoyada sobre tres pilares fundamentales. Un pilar fundamental es el propio análisis porque es por ahí por donde nosotros, como analizantes, accedemos, pasamos por esa experiencia de ese vacío de sentido, de esa nada de sentido alrededor de la cual gira todo discurso. Ahí tenemos la primera idea del vacío, y eso ocurre, como experiencia, en el análisis; no hay otra manera de poder armar ese concepto.

    Cuando digo concepto, lo digo como lo usa todo el mundo: es una representación mental para hablar sobre algo. Pero como, de algún modo, se podría considerar que un concepto es una unidad de significado —por ejemplo, una palabra es un concepto—, así está definido, y nosotros sabemos que no podemos expresar el significado total, Lacan plantea, en el seminario 11 de los Cuatro Conceptos, que es un paso al límite. Eso es importante porque ya nos dice algo de cómo pensamos la producción teórica psicoanalítica. No hay la posibilidad de tener un significado o una definición completa, siempre hay un paso al límite, un salto.

    ¿Se acuerdan de Aquiles y la tortuga? Si lo hacemos en un papel, en la lógica, Aquiles nunca alcanza a la tortuga. Lo que decimos es que este pedazo que siempre falta igual lo tenemos que salvar. No se me había ocurrido esa palabra en otros momentos, pero me parece que me salió porque vamos a hablar mucho de la salvación; también se le dice justificar, llenar ese vacío que hay, que es imposible de llenar totalmente, con un acto que significa un paso al límite. Me parece importante plantear eso de entrada.

    La supervisión para mí es importante también. No toda la vida, a lo mejor, porque después el supervisor ya funciona en cada uno: uno va a ir viendo en la práctica que cada vez lo hace más distanciadamente, y no es porque se cansó de supervisar, es porque realmente el lugar del supervisor está en el analista, puede tranquilamente trabajar desde esa escisión una vez hecho el pase a analista. Vieron que Lacan dice que el analista es al menos dos: el que analiza y el que, a su vez, teoriza sobre lo que hace, sobre su práctica. En ese sentido, puede incorporar ahí la función del supervisor. Pero en un momento de la práctica es imprescindible. 

    Nosotros tenemos un tema que es el fin de análisis. En teoría, no podríamos analizar hasta que tuviéramos el fin de análisis, porque es ahí donde uno pasa a analista, hace esta experiencia de la nada o del vacío de sentido, como que concluye esa experiencia al fin del análisis, con la caída del lugar del analista. Como eso no ocurre porque, en general, uno se sigue analizando mucho más tiempo de lo que sería el momento en que comienza a analizar, la supervisión ahí tiene todavía más valor, porque trabaja sobre la resistencia del analista. En algún momento vamos a desarrollar eso un poco más, aunque no esté tan ligado, en principio, a lo que vamos a desarrollar este año. Digamos que la realidad fantasmática del analista a veces hace de obstáculo a la escucha del analizante. Ahí viene el lugar del supervisor.

    Y, luego, la formación teórica. Estas tres cosas hacen una trama, como si dijéramos la red para tirarnos al vacío. La verdad es que, confrontarnos con un sujeto que está sufriendo, de algún modo es como tirarnos al vacío. En psicoanálisis no hay una técnica, hay una operación con la transferencia, uno va encontrando la manera de abordar a sus pacientes, pero lo cierto es que a veces hay un sufrimiento muy grande y una imposibilidad muy grande de hacer con la vida. Si uno no tuviera esta red de contención, se angustiaría todo el tiempo…


…Los hilos por donde vamos a tratar de entrarle al psicoanálisis son dos hilos bastante fundamentales. Por un lado, la concepción de la pérdida como constitutiva del sujeto, esa es una de las tramas fundamentales. Aparece en Freud como la pérdida originaria del objeto y aparece en Lacan como una pérdida fundante del sujeto. Por el otro lado, la concepción del duelo. Vamos a poner en relación estas dos cosas…

    …El duelo, como ustedes saben, es una operación, o un trabajo, como dice Freud, destinado a terminar… 

… hay una pérdida del objeto ligada a la separación de un objeto, como por ejemplo la pérdida de un ser querido, o una situación concreta, como un terremoto por ejemplo; y la pérdida por daño al objeto. Acá hago una diferencia que es interesante porque nos conecta con algo que hace muchísimo no trabajamos, pero creo que es muy importante, que es la propuesta de Melanie Klein respecto de la culpa y la depresión como lo que permite el pasaje de la disgregación del sujeto en el primer tiempo a la unificación en la etapa depresiva. Es algo dejado de lado, pero creo que nos va a venir muy bien hacer esta diferencia […] Déjenlo como propuesta: por un lado, la pérdida por separación del objeto, por ejemplo el destete, pérdida de un ser querido, todo lo pondría en esa línea; y pérdida con (no por) daño del objeto, ahí es donde aparece la cuestión de la culpa y la expiación.