La libertad es un concepto que acompaña al humano en su
historia. Está ligado a otra palabra, no menos fundante del sujeto, que es emancipación.
A partir del siglo XVIII la libertad se eleva a la altura de
la idea de Justicia e Igualdad, lo que dio lugar a nuevas formas de
organización de la sociedad. La definición se fue precisando en el sentido de
“llevar a cabo una acción de acuerdo a la propia voluntad”; el concepto fue
consolidando la idea de valorar la ruptura a la sujeción de un sujeto por otro,
desde el esclavo a sus sucedáneos. Así lo acentúa el derecho Romano, se trata
de no estar sujeto a la voluntad arbitraria de otro.
No es mi intención hacer un recorrido erudito de los sentidos
que ha ido acumulando, con el tiempo, la Libertad, solo recordar que podemos
ser esclavos de muchos “tiranos”. La ignorancia y el sentido común son algunos
de los nombres del tirano. “El tiempo es tirano” dice una frase y, en esta
época, el tiempo de la cuarentena parece que está haciendo sentir, a quienes no
registran que están cuidándose, tomando medidas beneficiosas para sí mismos y
su comunidad, que son esclavos de ese tiempo.
Me interesa en primer término ubicar el concepto en relación
al Psicoanálisis, especialmente desde Freud, para lo que compartiré un
fragmento de mi libro El testimonio en la
formación del psicoanalista. El capítulo se refiere a la estructura del
chiste y la del sujeto. “Cuando comenzamos a leer el texto de Freud y recorremos
las citas que él hace de una serie de autores que se habían abocado al trabajo
del chiste, resalta por su reiteración la cuestión de la libertad que produce
el mismo. En este primer tramo, esa libertad se refiere al efecto de sinsentido
que produce la palabra novedosa en el chiste […] dice Freud: ‘Prestamos a un
dicho un sentido y sabemos que lógicamente no puede corresponderle, encontramos
en él una verdad que luego, ciñéndonos a las leyes de la experiencia o a los
hábitos generales de nuestro pensamiento, nos es imposible reconocer en él…’ Lo
primero que Freud señala respecto de la libertad es que esta se da en relación
a un sentido, es decir una suspensión del sentido y caída del significado
ligado con él que, aunque luego vuelve a reconstituirse en otro lugar, produce
un efecto de libertad”. Evidentemente Freud no ubica a la palabra libertad en el lugar de la voluntad de
autodeterminación, más bien parece que el sujeto la encuentra cuando no está
tan sujeto a los sentidos habituales. Voy a citar dos párrafos de Freud que
sitúan el tema: “Nuestra moral es únicamente la egoísta prescripción de una
minoría de ricos y poderosos que pueden satisfacer a toda hora, sin
aplazamiento alguno, todos sus deseos”. La libertad que la clase dominante
tendría para satisfacer sus deseos nos recuerda a lo que Lacan cita de Sade en Kant con Sade respecto de los derechos del hombre: “Es
porque ningún hombre puede ser de otro hombre la propiedad, ni de ninguna
manera el patrimonio, por lo que no podría hacer de ello pretexto para
suspender el derecho de todos a gozar de él cada uno a su capricho”… Lo dijo
Sade. Dice Lacan: “Es pues sin duda el Otro en cuanto libertad, es la libertad
del Otro lo que el discurso del derecho al goce pone como sujeto de su
enunciación. Para Freud se trata de otra libertad.” Dice Freud a continuación
de la cita anterior: “Debemos ligar nuestra vida con la de los demás e
identificarnos con ellos de tal modo que la brevedad de la propia duración
resulte superable. Pensando así, no debemos intentar a toda costa la
satisfacción de nuestras necesidades, aun por caminos indebidos, sino que
deberemos dejarlas insatisfechas, dado que solo la perduración de tantos deseos
incumplidos puede desarrollar un día poder suficiente para transformar el orden
social.” Freud.
El goce absoluto queda perdido. La posible vida en sociedad
se asienta en una pérdida.
La libertad entonces no puede ser el goce sin restricciones,
siempre hay pérdida.
Una curiosidad, en inglés libertad es freedom, tiene la
misma raíz que miedo, afraid, pero
con el prefijo que lo pone en contraposición, ser libre es no tener miedo….muy
sugerente de las propuestas gubernamentales para combatir la pandemia.
Podemos deducir cuál es el concepto de libertad al que se alude
en un reclamo en el que se quejan de una
pérdida, leyendo en qué consiste lo perdido. En un tiempo no tan lejano, fue la
libertad para comprar dólares, la promesa de liberar el mercado representó uno
de los motivos de la elección de gobernantes. “Elijo al que me da la libertad de
comprar dólares”, aunque, en gran parte de los casos, llegado el momento ya no
tenía con qué comprarlos.
Hoy, la representación del encierro hace decir “No me dejan
salir. No soy libre de salir”. ¿En qué realidad se ubica quién piensa eso hoy?
Claramente, no en una pandemia.
Adelfa Jozami
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